Obras heredadas

La obra principal de Guirado consiste en pinturas abstractas surrealistas que desarrolló durante su estancia en Sídney, Australia, en 1966. En ese tiempo, descubrió las enseñanzas de los Vedas hindúes y cultivó un interés por la metafísica.

Aunque inicialmente expuso como pintor esencialista en la década de 1970, Guirado conoció el intrarrealismo —una subcategoría del surrealismo—, un género menos conocido, gracias al artista e historiador del arte Manuel Cantonia. Cantonia, autor del libro «El pintor andaluz» (1986), destacó que la obra de Guirado se inscribe dentro de este movimiento, originado en Barcelona en 1967 (véase la sección de Blogs).

Guirado se refería a sus pinturas como «Visiones», las cuales recibía durante la meditación. Su obra refleja su profunda preocupación por el futuro de la humanidad, abordando temas como la codicia, la destrucción ambiental y la búsqueda de la iluminación, la redención y la espiritualidad.

Las pinturas de esta colección representan algunas de las mejores obras del legado de Guirado, cuidadosamente seleccionadas y exhibidas durante la última década a través de colaboraciones con museos y fundaciones.